Nuestros corazones, llenos de fe, se unen para un nuevo comienzo. Hemos invitado al Espíritu Santo a morar en nuestro hogar, para que su presencia, amor y protección nos guíen y sean el cimiento de nuestro matrimonio. Acompáñanos a celebrar el inicio de esta historia y la dulce promesa de envejecer juntos.