Alguien que está solo puede ser atacado y vencido, pero si son dos, se ponen espalda con espalda y vencen; mejor todavía si son tres, porque una cuerda triple no se corta fácilmente.
El hombre y la mujer fueron creados el uno para el otro: "No es bueno que el hombre esté solo" (Gn 2, 18). "Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne".